1 PEDRO 3: 13-17.
En medio de las pruebas y la persecución, Dios tiene el control de todo y nada ocurre sin un propósito. Nuestra meta es clara: seguir el bien y apartarnos del mal, aun cuando otros nos hagan daño.
Jesús nos enseñó a amar a nuestros enemigos, a orar por ellos y a vencer el mal con el bien (Mateo 5:43-44). Si hacemos SU voluntad, aunque suframos por hacer lo correcto, tendremos la protección y el favor de Dios, porque Él permite cada situación con un propósito mayor (1 Pedro 3:9).
Prepárate para defender tu fe, con mansedumbre y respeto, mostrando esperanza en la vida eterna (Hechos 24:14-16). Testificando de Cristo con nuestras palabras y conducta. Y recuerda que el sufrimiento es pasajero (no temas), pero la gloria de Dios es eterna.
Bendecida semana hermanos 🙂 .