Dios nos llama a tener un temor reverente y a comprometernos en Su obra. Nuestra mentalidad debe girar en torno al servicio y al amor hacia Él. La verdadera bendición radica en ofrecerle a Dios lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo.

Dios busca personas dispuestas a entregar el timón de sus vidas a Cristo por fe. Trabajar en Su obra no es para ganar, sino para dar, motivados por el amor hacia Él.