JUAN 5:1-9

En el estanque de Betesda —la casa de misericordia— Jesús se encontró con una multitud de enfermos, pero antes de ir al templo, fue al lugar donde había necesidad.
Así es nuestro Dios: grande en misericordia, dispuesto a ir justo donde más lo necesitamos.

Muchos de nosotros vivimos una parálisis espiritual, estancados por años sin avanzar. El enemigo intenta hacernos creer que Dios no escucha ni ve nuestra aflicción, pero Jesús quiere venir hoy a quitar toda parálisis de tu vida.

El hombre del relato llevaba 38 años enfermo, pero Jesús le preguntó: “¿Quieres ser sano?”
A veces nuestras actitudes dicen que no, aunque nuestros labios digan que sí. Queremos el resultado sin pasar por el proceso.

Tres claves para vencer la parálisis:

     

      1. Reconoce tu necesidad. Jesús quiere extender su mano y levantarte.

      1. Quita el enfoque de ti mismo. No pongas excusas ni culpes a otros; fija tus ojos en Cristo.

      1. Obedece la voz de Jesús. Él te dice hoy: “Levántate, toma tu lecho y anda.”
        El “lecho” representa esas cosas del pasado que no te dejan avanzar. Es tiempo de tomarlo y seguir a Jesús con determinación.

    ➡️ Dios te llama a moverte, a levantarte y a darle gloria con tu vida.
    Ya no esperes que algo externo cambie —el momento es ahora.