Febrero 2020.

5 consejos de autosuperación que pueden arruinarte la vida.

¡Hola a todos! El tema de febrero lo desarrollaremos en los próximos 5 meses, asi que hoy empezaremos por el primer super consejo que todos hemos oído alguna vez: TÚ LO PUEDES TODO.

Es un lema de superación que muchas personas han tomado como referencia en su vida, pero por muy positivo que parezca, es un error y si nos lo tomamos al pie de la letra puede hacernos mucho daño.
Debemos conocer nuestras virtudes y capacidades, pero sin olvidarnos de nuestras limitaciones y defectos. Si nos planteamos metas ambiciosas sin tener un buen autoconocimiento, hay bastantes posibilidades de acabar sintiéndonos inútiles y fracasados al no alcanzarlas. Esto, además, será peor si tenemos un pensamiento de todo o nada y solo asumimos los resultados como derrotas o éxitos.

No, no lo puedes todo. Y no pasa nada, y no por ello eres un inútil incapaz de alcanzar nada. Cada persona es diferente y no tienes por qué perseguir
los mismos objetivos que tu amigo que ha logrado “X”. Quizá, incluso aquella persona que te frustra porque ves que consigue todo lo que tú quieres, vive
también frustrada porque hay algo más que no puede conseguir.

Lo sé, quizá estás pensando en aquel versículo de Filipenses “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Sin embargo, Filipenses 4:13 es un versículo que habla acerca del contentamiento, no de sueños hechos realidad o metas logradas. Se trata de estar alegre, satisfecho y fiel aun en las situaciones más duras de la vida.

Este versículo no se trata de ganar un partido del deporte que practicas, se trata de la forma de responder cuando pierdes aquel partido, o te lesionas durante la temporada. No se trata de conseguir aquel nuevo trabajo, aquella casa nueva o esos zapatos tan chulos que acaban de ponerse a la moda; se trata de encontrar satisfacción en el trabajo ya hecho, en la casa que ya tienes y en la ropa que ya está en tu armario.

Esta frase puede llevarnos a vivir basándonos en nuestras expectativas y no en la realidad, es decir, vivir sin objetividad y con frustración al ver que no se cumple lo esperado.