MATEO 21:28-32
Dios sigue buscando corazones dispuestos a trabajar en Su obra. No se trata solo de buenas intenciones, sino de una entrega real, con acción y compromiso. Lo que verdaderamente agrada a Dios es un corazón arrepentido y dispuesto a servir con alegría.
La iglesia necesita personas activas, que oren cada día, que participen, que digan “Heme aquí” sin excusas. No basta con parecer religiosos; lo que cuenta es estar involucrados de verdad.
En el nombre de Jesús hay poder, sanidad y salvación (Hechos 4:12). Aunque no lo sepamos todo, podemos hacer grandes cosas si caminamos como hijos de Dios, llenos del Espíritu Santo (Hechos 4:13).
¿Se nota en nuestra vida que hemos estado con Jesús? Acerquémonos más a Él, dejemos atrás las excusas, y vivamos como gente de fe… y de hechos.