ÉXODO 20: 1-17.
Los mandamientos son la base para que toda bendición de parte De Dios sea derramada para nosotros.
¿Qué es lo que Dios quiere de nosotros?
Que amemos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Solo así llevaremos una vida plena.
Dios es un Dios de orden, es por ello que cuando se habla de los 10 mandamientos, se nombran en primer lugar los 4 mandamientos relacionados con Dios y después 6 referidos al ser humano.
Todo lo que ocurre ocurre para bien. Dios tiene el control de todo y a veces a lo olvidamos. Muchas veces Dios permite ciertas cosas para que nos acerquemos más a Él. Porque si buscamos poco a Dios tendremos poco de Dios.
Hablemos del siguiente ejemplo. La ensalada tiene un orden de aliño: Primero la sal, luego el vinagre y por último el aceite, Si lo hacemos en un orden distinto, los elementos no se mezclarán bien. Dios también tiene un orden, y este orden es perfecto, por lo que podemos resumir los mandamientos en los siguientes:
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
Dios es un Dios de orden y si te dice que el primer mandamiento es amarás a Dios sobre todas las cosas, es porque de otro orden no funcionaría (como la ensalada). Para entender esto debemos tener corazones enseñables y receptivos a aprender, corazones que se dejen guiar por Dios. Dios debe ser lo primero, su orden de prioridades es el correcto. Esta es la meta que debes poner en tu vida.
- Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
SI amas a tu prójimo, no le robarás ni le matarás ni le harás daño.
No se debe cambiar el amor de Dios por un amor mundano. El amor de los hombres no se puede mezclar (es egoísta y busca la gloria propia), en cambio el amor de Dios si se puede mezclar. Nunca estarás pleno si te falta el amor y la cercanía de Dios.
- No debemos tomar el nombre de Dios en vano.
Es decir, no usar su nombre para cualquier cosa o usarlo para afirmar que nos ha hablado de algo cuando no es así.
¿Cómo diferenciar la voz de Dios? Si bendice más a los demás que a ti mismo, es de parte de Él.
Empieza a valorar y a priorizar tu tiempo con Dios. Acuérdate de apartar un Día para Dios. El plan de Dios es tener un tiempo para pasarlo contigo, está es la clave. Necesitamos pasar tiempo con Dios o no funcionará tu vida.