SALMOS 112: 1-10.
Bienaventurado es aquel que teme a Dios y obedece sus mandamientos con gozo, reconociéndolo como Padre.
Jesús es nuestro modelo perfecto, y como seguidores, debemos procurar parecernos más a Él. Dios bendice a quienes le honran, pon tu confianza en Él pues es quién nos provee todo lo que necesitamos.
Sin embargo, las riquezas terrenales no son eternas; nuestra visión debe estar en lo celestial, acumulando tesoros en el cielo y viviendo en la justicia de Dios, que permanece para siempre.
Somos llamados a ser luz en medio de la oscuridad, reflejando el amor de Dios y confiando plenamente en Él.