Hechos 6:13-14
Contexto: En este capítulo, Esteban estaba siendo acusado por hablar en contra del templo y querer cambiar la ley de Moisés. Pese a defenderse posteriormente, hubieron más acusaciones:
Los judíos acusaban a Jesús por querer cambiar las costumbres que nos dejó Moisés. Hechos 7: 35-38.
No llevaban razón, Jesús no cambiaría nada. Él no vino a cambiar la ley, vino a darle su propio cumplimiento. Es más, ellos eran los que habían cambiado las costumbres de Moisés con sus propias tradiciones y mandamientos humanos.
Moisés fue enviado por Dios, le trasmitió al pueblo todo lo que Dios le había dicho, no era una persona cuestionable y por tanto, los mandamientos tampoco se deberían cambiar. Además, Moisés ya anunciaba la venida de Jesús, aquel que les contaría la revelación completa de parte de Dios.
Es por eso que ahora al que tenemos que escuchar es a Jesús, cumplir sus mandamientos, no podemos cambiar las leyes ya impuestas desde los tiempos de Moisés. Jesús es el único que tiene palabras de vida eterna, ¿a quién iremos si no? Hechos 7: 44- 50
Acusaban a Esteban de profanar en el templo, pero ellos eran los que contaminaban el templo con sus negocios. Recuerda: Dios no habita en templos hechos por el hombre.
- Dios está buscando verdaderos adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, somos casa espiritual de Dios. Cuida tu vida (porque el Espíritu Santo quiere habitar en ella), edifícala con piedras vivas.
A veces, a nosotros los creyentes, también nos acusan de venir a cambiar las costumbres del mundo y/o de destruir los lugares santos (iglesias o catedrales). Esto no e así, no te dejes convencer por el mundo.
Últimamente, estamos perdiendo nuestra esencia como creyentes, como evangélicos, estamos conformándonos a las costumbres del mundo. Los errores de los que nos quejábamos, los estamos haciendo nosotros mismos. Corrompiendo el templo (la casa de Dios) y siguiendo tradiciones y mandamientos de hombres. Nuestra prioridad ha ido cambiando y esto no puede seguir así.
No podemos descuidar la edificación del templo de Dios, transformando vidas. No podemos perder la visión.