PRÉDICA 19 DE JUNIO 2022

2 CRÓNICAS 29:1-11

Contexto: El rey Ezequías fue uno de los reyes buenos del sur, un rey que decidió hacer lo recto ante los ojos de Dios.

¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE SU REINADO?

1º Abrir las puertas del templo (en el primer mes de su primer año).

Podemos ver que su primera intención desde el principio es restablecer el culto a Dios, retomar esa comunión que sus antecedentes habían cortado. Dios quiere que las puertas de la iglesia sean abiertas, que las personas puedan venir.

2º Reunió a TODOS y les mandó prestar atención.

Toda persona que cree en Dios es sacerdote y levita. Cristo es nuestro sumo sacerdote, pero nosotros también tenemos esa libertad de entrar en la presencia de Dios.

Además, Dios quiere decirnos algo («estád atentos»), quiere que nos santifiquemos AHORA, y que además, santifiquemos su casa sacando la inmundicia.

Este llamado es para nosotros, si somos sacerdotes y levitas, AHORA con más motivo (que estamos hablando de cosas celestiales), cuanto más nosotros somos llamados a SANTIFICARNOS. ¡El templo de ahora somos cada uno de nosotros!

– El templo estaba profanado por la inmundicia, por las personas que no hacían lo correcto; y por ello debían abrir las puertas y limpiarlo todo. Al igual que Jesús cuando llegó a Jerusalén, lo primero que hizo fue ir y limpiar el templo. Es la casa de Dios, saca fuera todo lo que no le agrade. Cuando Jesús regrese querrá encontrar una iglesia SANTA, una iglesia limpia.

  • Causas por las que las cosas iban mal:

Se habían apartado de la iglesia y se habían apartado a Dios, es decir, se habían revelado. El origen de todo mal (de todo pecado, está en el corazón) y en este caso hubo un sentimiento de REBELDÍA.

La cruz es nuestra salvación, pero también representa la rebelión del ser humano contra Dios, a las personas que no quieren someterse a Jesús ni recibirlo en sus corazones.

  • Como consecuencia:

Nos alejamos de Dios (las puertas se cierran) y las consecuencias pueden repercutir en nuestra descendencia.

  • Y AHORA:

Debemos hacer un pacto con Dios para que aparte su ira de nosotros. Como pueblo santo, somos un pueblo apartado para Dios. No formemos parte de su ira, determina hacer un pacto con él, no para ira sino para salvación.

Ahora debemos tener clara nuestra identidad, somos levitas, Dios nos ha escogido a nosotros.

Somos los amados de Dios, escogidos para servirle, honrarle haciendo lo correcto e ir delante de él.

Por eso Dios nos pide que nos santifiquemos: para que nos limpiemos para él, porque somos sus escogidos, somos sus ministros, somos sus levitas, su pueblo amado.