PRÉDICA 3 DE JULIO 2022
JUAN 6: 14-21
Contexto: Jesús acababa de realizar la multiplicación de los panes y de los peces. En el libro de Juan, vemos que se refiere a señales y pasos del ministerio de Jesús (de qué manera su ministerio nos ayuda a llegar a nuestra meta espiritual).
- «El profeta que había de venir»
Para cumplir la misión era necesario que Jesús viniera al mundo, encarnarse en un cuerpo humano. Tuvo que hacerse totalmente hombre y habitó (puso su tabernáculo) entre nosotros. No tenemos que esperar ni creer en otro, Jesús era el que tenía que venir. ¡Aprende a conocer esos tiempos de Dios!
– Además, las personas quedaban maravilladas de Jesús y era lógico que quisieran nombrarlo rey.
- ¡Pero aún no era el tiempo de Jesús! ¡Primero vino como siervo!
Jesús no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por nosotros. Ahora NOSOTROS somos su remanente, somos sus HIJOS, puesto que al creer en él tenemos la potestad de ser llamados hijos e hijas de Dios. Así pues, aún no ha venido como REY, su primera ¨visita¨ fue como siervo.
- Jesús se retiró a orar y envió a sus discípulos a cruzar el mar.
Al anochecer, Jesús fue al monte a orar mientras sus discípulos se dirigían a la otra orilla. En ese momento, se levantó un viento que provocó una tempestad (el mar golpeaba con fuerza la barca donde iban sus discípulos y el viento era contrario). Sus discípulos intentaban remar pero la corriente iba en contra de ellos.
Y ahora, ¿Cuál es la siguiente etapa de Jesús? ¿Dónde está ahora?
El murió, resucitó y ASCENDIÓ al cielo, a la diestra del padre para interceder por nosotros.
Ocurrió lo mismo con sus discípulos: Jesús fue al monte para interceder por ellos al igual que AHORA está en el cielo INTERCEDIENDO POR NOSOTROS; somos nosotros los que estamos cruzando el mar de noche, contra todo viento y marea contraria a nosotros (el mundo), intentando llegar a Dios con todas nuestras fuerzas. Pero no olvidemos que Jesús está intercediendo por nosotros, ahora es nuestro sumo sacerdote. Hebreos 4: 14-16.
- «Y Jesús vino a ellos andando sobre el mar»
Aunque parezca que Jesús está ausente, a cierta distancia, él NO nos deja solos. Para Dios no hay nada imposible, Jesús anduvo sobre el mar (separación) y llegó a sus discípulos demostrando que él tiene el dominio y poder sobre todas las cosas.
Génesis 1:2 > Aún en medio de las tinieblas, el espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Dios es poderoso y nos ha enviado a su ESPÍRITU para estar con nosotros.
En esa lucha, en ese mar oscuro y contrario (el mundo), el Espíritu Santo nos da la victoria!! Jesús nos dice: Soy yo no temas, no estas solo. Estoy intercediendo por ti y te envío mi espíritu para ayudarte.
¡Reconoce a Jesús como único y recibe con gozo al señor!