PRÉDICA 7 DE AGOSTO 2022

MARCOS 5: 25-34

Este domingo, nuestro pastor nos compartía la prédica en Marcos 5: 25-34, donde se narra la historia de una mujer que sufría de flujos de sangre.

  • v. 25

Para los judíos la mujer era impura (una maldición por pecado), y llevaba 12 años sufriendo. A día de hoy, hay muchas personas con diversos problemas que dicen ser cristianos; no te extrañes si las cosas no funcionan, algo estas haciendo mal y no estas lo suficientemente cerca de Dios como para permitirle hacer algo.

  • v.26

En una situación desesperante (como en la que se encontraba dicha mujer) buscas cualquier solución y no siempre es la adecuada. Buscamos en otros sitios, depositando la confianza en personas que no conocemos y no somos conscientes de que ES DIOS el que nos pone en un lugar por algo, en la iglesia. En lugar de ir a TU médico, al que te conoce, que sabe cual es el problema y de tu confianza vamos a otros que ni siquiera saben tu historial. Si vas de lugar en lugar, no podrás estar firme y arraigado como una columna.

No deposites tus confianzas en cosas materiales, en tus fuerzas, en tu propia solución. Dios no es terrenal y para entenderlo necesitas vivir en espíritu y hablar en su mismo idioma. Si no siembras un compromiso con la iglesia no esperes recoger un compromiso de parte de Dios. Nosotros, su pueblo, tenemos que aprender a sentir en el espíritu.

Dios YA tiene un plan y si no estamos en sintonía con él no esperemos que lo cumpla.

3 COSAS QUE APRENDEMOS DE LA MUJER:

v. 27: Aprender a entender a Jesús

La mujer lo primero que hizo fue oír a Jesús, oír y entender, podemos oír la palabra en la iglesia pero al entender a Jesús es cuando reaccionamos y tomamos decisiones.

Ir a Jesús:

Se esforzó y fue a buscarlo. ¡Encuentra a Jesús! Dios está presente y si no lo sientes es porque algo haces mal. Dios no tiene que venir a nosotros, somos nosotros los que tenemos que ir a su encuentro, anhelar de él. Poner todos tus sentidos, todo de ti, para buscar de Dios.

Tocar a Jesús:

Lo hizo porque estaba cerca, porque estaba buscándolo. No sentimos a Jesús porque estamos espiritualmente lejos de Jesús. Acercarnos a Jesús, tanto que podamos tocarlo, poder sentir su presencia. Dios puede estar en cualquier lugar pero si no dejamos que esté con nosotros, lo estamos separando.

Siembra en el espíritu pero también en lo físico. Dios es el que nos suple, deposita tu confianza en él. Cuando ofrendas no «siembras dinero» para luego recogerlo, sino que siembras compromiso con Dios.

  • v. 32

Cuando tocamos a Jesús algo pasa, se nota; pero si no lo has tocado también se nota. La persona que es tocada por Dios recibe de él. No te quedes a medias, no puedes seguir siendo el mismo, tiene que notarse el cambio.

  • v. 33

Cuando somos tocados por Jesús notamos muchas cosas, pero…. ¿Damos testimonio de ello? ¿Lo compartimos? ¿Repartimos la bendición del encuentro de Dios?